Gadir 260 a.C.- A pesar de la dura batalla naval en las costas sicilianas, la ciudad oriental de la isla ha sabido resistir el ataque latino gracias a la poderosa flota cartaginesa. Se confirman nuestras sospechas de que hace dos años los romanos consiguieron apoderarse de uno de nuestros quinquerremes, aprendiendo la fabricación de estas naves de cinco hileras de remos. Así han podido construir una flota semejante a la nuestra en tecnología, mientras que todavía no se pueden equiparar a nosotros en número ni en experiencia náutica.
Roma se ha caracterizado por su táctica a la hora de enfrentarse contra sus enemigos, y en esta ocasión no iba a ser menos. Unas pocas naves romanas fueron capturadas fácilmente, pero poco después salió el grueso de la flota del puerto, al mando de Cayo Duilio Nepote. De esta forma los barcos romanos maniobraron para situarse en paralelo a los nuestros. Esta no suele ser una posición favorable, ya que lo ideal era embestir lateralmente a las naves enemigas, por eso no nos preocupamos. Pero Duilio había diseñado unos palos con garfios en la punta articulados para caer sobre los barcos enemigos y sujetarlos así para permitir el paso de sus soldados a las naves ajenas y combatir en el propio barco como si de una batalla terrestre se tratara. Ante la sorpresiva táctica llevada a cabo por los romanos no tuvimos nada que hacer. El resultado han sido catorce barcos hundidos y treinta y uno tomados, pero contamos con muchos más navíos y Lilibeo continúa intacta.
Estructura de trirreme y quiquerreme. |
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